4 may 2008

La maldición de la segunda cita


En los últimos años no pude escapar a esa maldición ... la de la segunda cita. Porque no importa cuán buena haya sido la primera, siempre se necesita de una segunda para refrendarla, no hay otro modo. De qué vale haber pasado una noche/tarde/día fantásticos si después no tenemos la oportunidad de confirmar esa impresión que tuvimos, o de remediar algún error que cometimos, compensar algún impulso irrefrenable que seguimos, o darle una segunda chance a alguien que no nos convencio del todo pero que puede tener potencial.

No voy a retrotraerme demasiado en el tiempo, porque para muestra bastan algunas citas de los pasados dos años. En los dos primeros casos no llegué a la segunda cita por la sencilla razón de que el candidato en cuestión no me gustó.

Recuerdo que el primer candidato era insoportable, la peor cita de mi vida lejos. Nos habíamos conocido en una fiesta de disfraces en la que él estaba acompañado y yo fui con una pareja amiga supuestamente para que me presentaran a otro chico. Luego nos conectamos vía mail y teléfono a través de mi amiga, y me invitó a salir. ¡Un tormento! Me pasó a pasó a buscar por casa y dimos vueltas casi una hora buscando un lugar donde ir, ya que él dijo no conocer la zona y por ende ningún restaurant o bar o lo que fuera. Finalmente recaímos en un restaurant-winery muy tranquilo que a mí me gusta mucho. No nos pudimos poner de acuerdo sobre qué tomar (ahí ya empezamos mal). Luego comenzamos a charlar, bah charlar es un decir. Comenzó su interminable monólogo a lo largo del cual, entre otras cosas, me habló de sus ex-novias, dijo que Europa no era nada del otro mundo y otras tantas barbaridades que serían un sacrilegio en cualquier manual de primeras citas. De más está decir que aduje un cansancio repentino para terminar con ese calvario y a los cinco minutos volvía aliviada a mi casa. Conclusión: no hubo segunda cita por razones obvias, el candidato resultó un pelmazo.

El segundo candidato parecía buen chico. Amable, muy caballero, divertido, pero no congeniamos. Era el amigo del marido de una amiga, ella le pasó mi teléfono y me invitó a salir. Fuimos a comer a un restaurant en Palermo que yo no conocía, charlamos un montón (esta vez sí fue un diálogo) pero no hubo piel ni atracción ni curiosidad ni nada. Me devolvió a la puerta de mi casa y tácitamente supimos que no volveríamos a vernos. Conclusión: no hubo segunda cita porque no funcionó, una pena.

El caso que voy a comentar ahora sí que fue paradigmático. La salida con F. fue una de las mejores citas que recuerdo haber tenido: simple, espontánea, completa. Nos conocimos en el recital que dio Cerati el año pasado en Figueroa Alcorta y Pampa, intercambiamos teléfonos, luego mails y comenzamos a chatear. Estuvimos dos semanas conociéndonos por MSN, fueron charlas muy amenas, divertidas, tranquilas. Un sábado a la tarde nos encontramos en el chat y me invitó salir. Fuimos al recital de una banda underground de la que el era fanático en Unione e Benevolenza. Luego fuimos a comer pizza por la calle Corrientes, y más tarde a tomar un café a El Gato Negro, un bar que les recomiendo. Seguimos charlando y charlando, y descubrimos que teníamos mucha afinidad especialmente a nivel intelectual. Pasó el tiempo sin querer y sin que lo advirtiéramos, se hizo de madrugada y decidimos venir para el lado de mi casa. Dimos unas vueltas por el barrio, estuvimos sentados un rato en un banco del boulevard y todo marchaba tan bien que lo invité a tomar un café y escuchar música en mi casa. No pasó nada, simplemente unos besos, abrazos, mimos que se prolongaron hasta las 7 de la mañana. Recuerdo que hasta tomó un baño ... qué loco, no? Sin embargo, después reparé que el final de la cita no fue acorde a lo que había sido el desarrollo, la despedida fue un tanto fría. En ese momento no me di cuenta porque estaba alucinada con la noche que acababa de pasar. ¿Qué pasó después? No volvimos a hablar, chateamos cada vez menos hasta no chatear, y tuve que escribirle un mail casual para no quedarme al menos con la intriga. Y ahí saltó el consabido "no sos vos, soy yo". F. se había percatado que yo era una chica para tomar en serio, y él no estaba en un buen momento personal, por lo tanto lo mejor era dejar de hablar, chatear, dejar todo. Conclusión: no hubo segunda cita porque ... ¿por qué no hubo segunda cita?????

Y ahora llegamos a E., con quien transcurridas dos semanas de nuestra primera cita aún no hemos podido concretar la segunda. Me había llamado el martes para invitarme, el jueves chateamos y no hizo más que repetir que tenía muchas ganas de verme y que la íbamos a pasar genial. Más tarde esa noche me envió un sms para reiterar una vez más las ganas que tenía de verme. Pero el viernes recibí otro sms con la devastadora noticia: estaba internado con un cólico renal y por supuesto no iba a poder salir. Me llamó a la noche, dijo que se sentía mejor y que era algo que ya le había pasado varias veces. Ayer sábado le envié un sms para ver si seguía mejorando, me contestó brevemente que estaba mejor, gracias y besos. Hoy vi que anoche muy tarde me escribió por Facebook: "Me siento mejor ... y muero por estar con vos, gracias por tu sms. Sos hermosa ... te extraño. Take care, E.". Semejante contraste entre su conciso sms de la tarde y estas líneas tan efusivas me descolocó un poco, consideré que no debía contestarle, al menos por ahora. No pensaba escribirle y mucho menos llamarlo hoy, pero después de chatear con mi amiga P. me di cuenta que no tenía nada de malo y que me moría de ganas de hacerlo. Así que hace un rato, en una de las pausas mientras escribo en este blog, lo llamé al celular. Y sucedió lo temido, no me contestó, y ahora está sucediendo lo más temido: todavía no me contestó el mensaje que le dejé. Conclusión: la segunda cita sigue sin concretarse a pesar de los amagues, las promesas y los deseos latentes. Surgen demasiados obstáculos: un casamiento, un cólico renal, ¿qué seguirá? ¿Por qué es tan difícil? ¿Qué sucede en realidad? Los maravillosos detalles de nuestra fabulosa primera cita se van diluyendo en el tiempo. ¿Realmente salimos o lo imaginé?

No puedo creer que todo esto me esté sucediendo, me cuesta creer algunas cosas pero no quiero caer en la paranoia. Solamente me pregunto, mientras mis esperanzas de vencer la maldicion se desintegran: ¿qué hice yo para merecer esto?

6 comentarios:

ajsoifer dijo...

Estimada Dulcinea: Paciencia, calma, no desesperar. Entrás derechito en el jueguito si te hacés drama por llamadas no respondidas, mensajes fríos, etc.
Dale tiempo que vas bien encaminada.

Anónimo dijo...

Ehh... a ver, qué te puedo decir... en general todo esto es más facil para las señoritas que para nosotros los señores... pero bueno, todo parece casualidad con algún inseguro o arrepentido agregado... seguramente la ley de probabilidades indica que la próxima te va a ir bárbaro... o al menos vas a terminar rompiendo algún corazón vos... deseame suerte que en unos días tengo una segunda cita... y por supuesto lo q tengo ahora es un terror enorme en que no coincidamos mucho en el lugar a donde vamos, que no le guste algo, que la aburra, no estar a la altura de la primera, etc, etc, etc... jaja suerte
Ale

Prof. Audy Y. Castaneda C. dijo...

querida dulcinea, al leer tus líneas me siento super identificada, pues hace una semana más o menos, unos días más unos días menos, finalmente conocí brevemente a un chico con quien estuve chateando por algunas semanas. Todo muy bien, digamos que parecíamos amigos de toda la vida...compartimos un rato pues yo me tenía que ir a una cita de trabajo. Hubo una despedida muy emotiva con un abrazo muy fuerte. Seguidamente un par de llamadas, unos cuantos sms, más chat en el msn, hasta que acordamos ayer el bendito segundo encuentro, en un mall cerca de mi trabajo. Dos horas antes, y a pesar de que me había dicho que no tenía crédito en su cel para mandar sms, me llega un texto disculpándose por no poder ir a la cita acordada, pidiendo disculpas, etc. Anoche una breve charla por msn donde no hubo mayores comentarios, todo parece haberse enfriado. Me llegó un sms hoy donde me desea buena salud (tengo un catarro terrible, por cierto) pero nada concreto. Me parece por las señales que no hay nada más aquí. Será que me imaginé la primera cita y nunca pasó. O será que las cosas no se desarrollaron como yo prefiero recordarlas. A estas alturas voy a borrar su dirección del messenger y su teléfono. No hay más nada que hacer. Debe ser que hice algo malo. O él no quiere nada serio y prefiere dejarlo así. Whatever.

Anónimo dijo...

A mí pasó lo mismo, tuve una primera cita muy buena hace una semana, o eso me pareció a mí,a los 4 días él me llamó, yo feliz, todo muy bien, desde la llamada hab pasado 3 días y no sé nada de él, creo que también todo ocurrió en mi imaginación, que malinterpreté las señales, ¿ qué opinas?

SweetyGirl dijo...

Hola Dulcinea ... la verdad no se que le pasa a los hombres?? .. estoy de acuerdo en que deberia de haber una segunda cita, para darle una oportunidad a la persona que quiza no nos impacto (nosostras podriamos estar en ese lugar uff!! jajaja...), tambien estoy de acuerdo con la parte en que deberia haber segunda cita para enmendar errores .. que se yo?? .. uff!! para tantas cosas ... la verdad me paso algo similar a lo que te paso con F,,, jejeje lo mas comico es que tambien es un F ... jajaja .. no es el mismo F tranquila jajaja ... bueno como sabras no hubo segunda cita .. lo conoci en una fiesta, pero no de disfraces, una fiesta de un amigo ... en nustra primer cita la pasamos re bien ... tomamos un cafe conversamoes, reimos, caminamos un poco y luego fuimos al cine .. pero, aqui viene el pero, cuando me despedi no fue con un mega beso de pelicula jajaja ... nada que ver .. simplemente fue con un beso en la mejilla, pero no fue porque no quise darle el mega beso, sino que simplemente no vi apropiado un beso beso en la primera cita .. bueno y asi han pasado los dias y el no me ha enviado sms ni nada .. uff!! ni si quiera tenemos contacto por el msn ... estoy un tanto triste porque me hubiera gustado verlo otra vez .. la verdad no se que paso?? estoy como una computadora colgada .. aja ... por cierto olvide contarte que al dia siguiente de la cita yo le envie un sms diciendole gracias la pase super bien, lindo dia para ti, un beso y el respondio despues de unas tantas horas, gracias igualmente un lindo dia para ti un beso, y que era una linda persona (????) ... sabes no me siento tan valiente como para escribirle y decirle que paso por que no otra cita?? ... aunque en realidad, creo que es mi miedo a que me responda algo coherente y aceptable y que yo diga uff! igual ya no habra una segunda cita ... claro que es mejor saberlo no? pero mmm ... que mal ... !! .. pense ue esto solome pasaba a mi .. bueno .. sigo aun con el que paso?? .... y la segunda cita??

Dulcinea dijo...

Anónimo, mil disculpas por tardar tanto en contestar. Como verás, tengo el blog un tanto abandonado, pero con muchas ganas de retomarlo este año. No creo que haya sido tu imaginación ni que tampoco hayas malinterpretado las señales. Por experiencia propia creo que es fundamental manejar la ansiedad aunque suene a cliché. Con E. demoré casi 3 semanas en concretar la tan ansiada segunda cita y fue mágica, tanto o más que la primera, y hoy seguimos juntos. Y con el tiempo aprendí también que a veces unas horas no bastan obviamente para conocer a una persona o para que se produzca ese click tan deseado o para que esa química inicial se convierta en algo más profundo y duradero o para que alguno de los dos baje las barreras y se deje llevar. Mucha suerte y espero que haya llamado.