29 feb 2008

Regreso sin gloria

Hace días que no escribo y no fue porque no haya tenido material para escribir, todo lo contrario. Creo que tenía tantas cosas para decir que no pude volcarlas todas al mismo tiempo en este blog. Además no me sentí muy bien estos últimos 10 días: muchas sensaciones encontradas, demasiada frustración, una alta carga de tristeza, casi ninguna alegría como sucede desde hace un largo tiempo, estuve enferma varios días (somatizando quizás?). Sigo sin entender por qué estoy así, tan negativa, tan agresiva, tan melancólica. El bajón puede ser a la mañana cuando me levanto, en el colectivo, en cualquier momento mientras estoy en la oficina, cuando estoy volviendo a casa, a la noche, cuando estoy sola en mi departamento, cuando salgo a algún lado, cuando escucho cosas de él que no me gusta escuchar.
Y lo peor de todo fue que lo vi de nuevo, después de casi tres largas semanas. Y para colmo dos veces en el lapso de cinco días. Y hace unos minutos me escribió unas líneas por el messenger, después de mucho también también. Para qué no sé, apenas me preguntó trivialidades y de pronto se desconectó. Seguramente estaba aburrido, haciendo tiempo y luego tuvo que irse, es viernes a la noche ...
Los encuentros fueron totalmente casuales, antes de que piensen que los provoqué. Es increíble, cuando uno menos quiere encontrarse a alguien, sucede irremediablemente. El primero tuvo gusto a falsa maldad: el domingo a la noche volvía con su ex de comer, pasamos por las Cañitas y lo vimos; le chistamos desde el auto, se quedó patitieso al vernos por primera vez a las dos juntas, y luego reaccionó como para acercarse y saludarnos. Fue simpático y amable, tratando de zafar de la situación lo más cancheramente posible. La segunda vez fue aún más casual pero no tan agradable, al menos para mí. Ayer fui a la BAF Week y ni bien entro al salón lo veo con un amigo observando el ir y venir de las fashionistas. Al principio no me vio de tan absorto que estaba, luego me saludó y me presentó a su amigo. Sin embargo sentí que no me registró en ningún momento. Luego me lo volví a cruzar, esta vez estaba serio y se limitó a contestar mi corto y seco "Adiós". Y hace unos minutos me preguntó qué tal había estado el desfile de ayer. Basta que deje de pensar en él durante unas horas para que se asome de nuevo.
¿Estaba aburrido? ¿Sólo quería histeriquear? ¿Curioso? Quien sabe ... aunque ya nada de eso me alcanza ni tampoco importa.

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